Patricia García Rodriguez

Los tres factores clave para entender la lógica interna del juego del rugby 

  06/06/2017


El rugby es un deporte complejo y quien no esté familiarizado con él quizás no entienda movimientos y estrategias dentro del campo. Estos tres puntos ayudarán a su comprensión.


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Patricia García durante los JJOO de Río. (Reuters)


Ahora que el rugby está en plena expansión en España ha surgido la figura del espectador con interés en un deporte que no llega a comprender al 100%. En este artículo quiero abrir mi mente y compartiros lo que para mí son tres factores clave, los más importantes, para el entendimiento de la lógica interna del juego del rugby. Es una especie de guía básica en un partido de rugby:

1. El espacio

Tanto en rugby 15 tradicional, como en la disciplina olímpica, el rugby a 7, el campo de juego mide lo mismo: en torno a 100 metros de largo por 60 metros de ancho, por lo que hay bastantes metros cuadrados de terreno para jugar y ocupar, tanto en ataque como en defensa.

El factor del espacio es sin duda clave en el juego del rugby, no solo la territorialidad (la conquista por la zona del campo donde se produce el juego) sino la dirección en la que este se elabora; aquí diferenciaré el eje vertical y el horizontal.

Territorialidad

Tanto con balón como sin él, los equipos tratamos de conquistar el terreno de juego, pues cuanto más cerca de la zona de ensayo rival, más próximo está el objetivo de sumar puntos en ataque. Por eso, incluso a veces cedemos la posesión con el pie al equipo rival con la intención de alejarla de nuestra zona de marca propia. En rugby a 7, como el partido dura tan solo 14 minutos, este factor de territorialidad es menos determinante que en rugby a 15 ya que la oportunidad de posesión del balón es clave para poder marcar puntos. En el rugby a 15 es muy determinante habiendo muy pocos momentos en los que veamos a un equipo jugar varias fases a la mano en su propia zona de 22 (cerca de su línea de marca) si no es para preparar un buen ángulo y situación de ataque con el pie.

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Inglaterra frente a los Barbarians. (Reuters)


A nivel del espacio en vertical y horizontal. Cuando comparto mi visión al respecto en los clinics o proyectos, me gusta hacer la comparativa del juego con la música; os explico cómo:

Eje vertical

Partiremos de una situación de ataque en medio del campo, por ejemplo, nuestro objetivo como ataque es ensayar en la zona de marca contraria y para ello el camino más corto es la línea recta... Si atacamos esa línea recta sin desplazar prácticamente el balón mediante pases sino simplemente con carreras fuertes del/a portador/a de balón en línea recta estaríamos atacando puramente en el eje vertical. Este tipo de ataque lo denominaremos la nota 'do'.

¿Y cómo reaccionará la defensa si sólo atacamos con la nota 'do' - en el eje vertical?

Se va a cerrar mucho en esa zona del espacio, tratando de contrarrestar el avance a base de saturación de jugadores/as y buenos placajes de fácil encuadre.

Eje horizontal

Por otro lado, tenemos la opción del ataque en el eje horizontal; este lo denominaremos con la nota musical 're' y lo identificamos cuando buscando los espacios laterales libres que suelen dejar las defensas (en los laterales del campo) desplazamos el balón mediante pases hacia dichos espacios. Puede que sea un camino más largo hacia el ensayo -no es la línea más recta- pero a menudo la que menos saturación defensiva tiene por lo que permite al equipo avanzar de forma más fluida al trasladar el oval al espacio.

¿Cómo reaccionará la defensa si atacamos con la nota 're' - en el eje horizontal?

Podemos añadir incluso otra nota musical más, cuando optamos por atacar con el pie el espacio profundo, aquel que está detrás de la primera cortina defensiva, la línea de defensa que trata de impedir el avance del ataque; pues también hay jugadores/as que deben de cubrir esa zona de atrás del campo para ayudar a su equipo a cubrir todos los espacios del frente de ataque, para comunicar y anticipar la nota siguiente e incluso para poder contraatacar si se recupera la posesión. Este juego al pie en el eje profundo lo denominaremos con la nota 'mi'.

Explicado así las diferentes ondas de ataque y la normalidad de la acción defensiva correspondiente, entendemos que es muy complicado ensayar si sólo utilizamos un medio de ataque o si abusamos de uno respecto al otro, pues ahí entra el arte de la música, en la metáfora de hacer sonar nuestra canción de forma que las notas -unas tras otras- formen una melodía. Una partitura que represente buena sintonía y se traduzca en un bonito juego del rugby en el espacio.

Disfrutad cómo sonó la melodía en algunos de los mejores ensayos de la última Copa del Mundo femenina de Rugby XV en 2014.


2. El tiempo

El tiempo es sin duda otro factor clave, mucho más rápido de entender pues es tan sencillo de comprender como difícil de llevarlo a cabo en la acción. Cuando hemos ganado una superioridad, por ejemplo en la defensa, estamos en una zona del campo hacia donde se dirige el balón, mayor número de defensoras que de atacantes; por lo que deseamos convertir rápidamente esta oportunidad en una situación favorable para cumplir el objetivo de la defensa: recuperar el balón (sin recibir puntos).

Por lo que aceleramos para provocar, por ejemplo, un placaje rápido y permitir a nuestro apoyo que trate de recuperar ese balón antes de que lleguen los apoyos de la atacante y se pueda formar una lucha en el suelo o ruck.

A nivel de tiempo, lo que queremos es utilizarlo rápido para aprovechar la oportunidad o la ventaja que hay en ese momento o situación de partido.

Por el contrario, hay ocasiones en las que el concepto es opuesto, queremos ganar tiempo. Lo cual consiste en elegir la buena técnica y/o táctica que nos permita darle tiempo a nuestras compañeras para llegar y ayudar. Por ejemplo, la situación en la que se encuentra el ataque en el ejemplo que acabo de describir donde hay una superioridad en la defensa: la portadora del balón buscará ganar tiempo luchando de pie o ralentizando el avance por un momento para darle unas décimas de segundo a sus compañeras en llegar.

El trabajo en el suelo de Sudáfrica masculino en el rugby a 7 es espectacular. Os comparto algunas de sus acciones entorno al ruck, donde se pueden apreciar bien técnicas para ganar tiempo o al contario para actuar inmediatamente y aprovechar la oportunidad inminente.


3. El tiempo

El último gran factor que entiendo fundamental a tener en cuenta es el ritmo, o lo que es más letal aún: el cambio de ritmo.

En cualquier deporte, como en la vida, tanto el cambio de dirección como el cambio de sentido son alertadores. La dirección del juego cambia y se activan jugadores, habilidades o mecanismos de alerta ante la nueva situación.

Un ejemplo claro es un 1 contra 1 en rugby: cuando te hacen un contrapié, la defensa se pone en alerta ante el peligro que puede suponer un descuadre defensivo de la portadora del balón que acaba de cambiar su dirección de carrera.

Pero aún vamos un poco más allá, si a eso le sumamos un cambio de ritmo, no solo de quien porta el balón sino de sus apoyos cercanos el resultado, puede ser magnífico y devastador al mismo tiempo.

Fiji lo hace tremendamente bien, el espíritu del rugby a 7 juegan a una velocidad tranquila, pausada, incluso a veces andando, y en un momento dado, ¡bam! Una brutal aceleración del ritmo de juego que, si la defensa directa está atenta puede que consiga un placaje pero se complica aún más la cosa cuando hay que defender a dos apoyos que aparecen en el espacio a toda velocidad recogiendo un balón en el aire que parecía de nadie... es la magia fiyiana y que caracteriza su juego, su pasión, su cultura.

Os comparto este video digno de disfrute: el ensayo de Timaima Ravisa, de Fiji, en Las Vegas el pasado mes de marzo.


Artículo publicado en El Confidencial

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